He bebido mucho. Muchísimo.
Todavía tengo sed.
Estoy algo mareada; me preocupa la resaca si pierdo el control.
Disfruto de cada sorbo.
Quiero más.
No estoy acostumbrada, terminaré por perder el conocimiento.
Sabe dulce y está frío.
Soy adicta.
Ni siquiera el vértigo es capaz de hacerme soltar esta copa.
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