Hay veranos serenos.
Hay veranos de playa y risas, de carretera y manta.
Hay veranos eternos y veranos breves...
Algunos veranos son indelebles.
Esta mañana corté las pulseras de hilo que llevaba en la muñeca desde junio -con el mismo sentimiento que los toreros cuando se cortan la coleta- y no pude evitar sonreír cuando vi la marca blanca que habían dejado sobre el moreno.
Efectivamente, este verano ha dejado huella... porque cabe toda una vida en un verano.
- Caben las barbacoas en la terraza, los planes en torno a una mesa.
- Caben las celebraciones, la euforia, el dejarse llevar.
- Caben las noches sin prisa, Hawai y Bombay en un piso.
- Cabe ser turista en tu propia ciudad y mirarla con ojos nuevos.
- Caben los planes de siempre.
- Caben los planes de Nunca Jamás.
- Cabe recuperar lo natural, dejarse querer sin maquillaje.
- Caben todos los colores y lo simbólico.
- Caben las experiencias que curan y ayudan a estrenar un corazón nuevo.
- Cabe dejar que la vida te despeine.
- Cabe la poesía.
- Cabe ser niño otra vez.
- Caben los días especiales.
- Caben los amigos que se convierten en familia.
- Cabe el trabajo en equipo.
- Cabe mirar dentro de uno mismo.
- Cabe mirar más allá.
...
...porque hay veranos en los que se toca el cielo con la punta de los dedos.