"Asumo que me he rendido y no me importa."

Carla llamó a Mia por teléfono, pero no contestó.

Entonces decidió que sería una gran idea dejarle en el poyete de los buzones de su casa un cupcake con una nota, pero se dio cuenta de que corría el riesgo de que alguien se lo comiera en su lugar...

Al final optó por la vía más fácil y publicó en su tablón:
No me gusta cuando asumes tantas cosas; parece que se te haya olvidado que tú y yo estamos hechas para ser siempre niñas y que -en el momento más inesperado- la vida nos acaba sorprendiendo con gominolas y galletas debajo de la almohada.

Pulso

Creo que deberíamos dedicar menos tiempo a medir nuestras fuerzas... me gusta mucho más cuando cuentas mis latidos por minuto acariciándome la muñeca.

Nestea

¿Sabes por qué me fije en ti? Porque llegabas con el corazón abierto: tenías un agujero enorme y ninguna fuerza para cerrarlo.
Te habían vuelto pequeña y vulnerable y te entregabas a los demás entera y sincera.
Habías rendido todas tus armas.
Ya no eras capaz ni de disfrazarte para convencernos al mundo y a ti misma de que eras feliz.

Y yo me di cuenta de una cosa: era fácil echarte una mano y cerrar esa brecha, pero dejaríamos dentro un montón de veneno que te destrozaría poco a poco -no hay nada peor que dejar que un mal amor se enquiste-.
Por eso esperé a que drenaras todo el daño -salían cosas y más cosas sin parar- y sólo me preocupé de que supieras que yo estaba cerca.

Lo que tú no sabías es que aprovechaba cada minuto para dejar semillas que, cuando tuvieran espacio, te ocuparían entera y así ya no podrías escaparte.

Lo que no sabía yo es que había encontrado la tierra precisa y preciosa donde echar raíces.

El menos común de todos los sentidos.

  1. Me has convencido con la vista, porque cuando me miras no me cabe la menor duda de que puedo creer con los ojos cerrados en todo lo que digas.
  2. Sé que eres tú y sólo tú por el tacto, porque siempre estás a la temperatura perfecta -dos grados por encima o por debajo de mí-.
  3. Me torturas sin querer por el olfato, porque cuando te marchas me vuelvo loca si giro la cabeza y mi pelo huele a ti.
  4. Te has convertido en imprescindible por el oído, porque -como les pasa a los niños- no duermo hasta que no he escuchado tu voz y sólo me despierto si eres tú quien me da los buenos días.
  5. Me has devuelto las ganas de todo a través del gusto, porque desde que llegaste he recuperado el apetito y sólo me preocupo de comeros a bocados a la vida y a ti.
Y no puedo dejar de adorarte porque, haciendo cosas sin sentido, has sido capaz de darle sentido a las cosas.

Un jardin sur le toit.

Me encanta llegar a la Universidad y ver que ya han salido flores en los lilos del jardín.

07:52 a.m. - 00:57 a.m.

No vuelvas a decirme que no hago deporte, porque el corazón -que, al fin y al cabo, no deja de ser un músculo- lo entreno todos los días como si estuviera interna en un centro de alto rendimiento.

(Y me chifla.)

Prospecto

Entiendo por qué lo haces -porque quieres que todo salga bien, que todo sea seguro- pero no me gusta cuando lees la composición del medicamento y me hablas de los posibles efectos secundarios como si fueran contraindicaciones.

Conozco bien la dolencia y sé que este es el fármaco más específico y eficaz: suple todas mis carencias, alivia los síntomas y dolores y me permite hacer las cosas que antes no hacía.
Desde que lo tomo me siento infinitamente mejor: sólo puedo dar gracias a todos los laboratorios en los que se fue desarrollando con el tiempo, a todas las personas que intervinieron en su composición hasta depurarlo, porque -sin saberlo- colaboraron entre sí para dar con la fórmula perfecta para mí.

Te agradezco que te esfuerces en hacerme consciente de que corro el riesgo de hacerme adicta y también que me recuerdes las consecuencias que conllevaría abandonar el tratamiento sin motivo. Es un químico potente y hay que llevar cuidado.

Pero no te preocupes. El riesgo merece la pena. No hace falta que me alertes.
Deja que nos vayamos adaptando el uno al otro, el medicamento y yo.

Es cierto que a veces me dan vértigos, pierdo el sueño o duermo durante horas.
Que sonrío sin motivo, se me suben los colores, me río a carcajadas y empiezo a llorar.
Que no presto atención a lo que antes era importante, convierto en imprescindibles detalles diminutos y no puedo dejar de escribir.

Pero me da la vida.

Así que déjate de letra pequeña y sigue administrándome mi dosis diaria de sonrisa culpable.

Febrero

Era mediodía y, aunque hacía buena temperatura, el cielo estaba muy gris.
Carla dijo de repente a Mia sin ningún motivo:

- No lo puedo evitar... cada vez que escucho "Meet me halfway" el aire huele a Gucci by Gucci...

Y las dos volvieron a quedarse en silencio pensando en sus cosas.

Bonus track

Si lo piensas, la vida a veces es como la lista de reproducción de tu i-Pod:
  • Puedes preparar una sesión supercañera para motivarte, pero es fácil que se cuele una canción triste que te haga llorar.
  • Puedes llevarlo encendido sin prestarle atención y que, de repente, una frase concreta de una canción consiga que te despiertes.
  • Puedes compartirlo en silencio con otra persona para fabricar recuerdos con banda sonora y después sonreir con cara de idiota cuando esas canciones aparezcan sin avisar.
  • Puedes organizar una lista con exitazos del momento, pero terminarás cayendo en la tentación de incluir ese temazo de toda la vida que -aunque se pasó de moda hace mil años- no puedes evitar seguir escuchando.
Y, aunque a veces te encantaría apagarlo y no pensar, sabes que el silencio siempre será una medida provisional, porque tanto la vida como la música están pensadas para disfrutar.

Tensar la cuerda

- Con ella soy más parecido que contigo en las cosas que somos iguales y somos más diferentes en las cosas en que somos distintos, por eso sé que podría haber funcionado muy bien y durante mucho tiempo... pero no te preocupes, nos saltamos ese paso y no volveremos atrás.

                                                                                                                     ...

- Con él existe un lazo que, aunque quisiera, no podría romper porque está hecho de cosas que me ponen la carne de gallina -besos, velocidad y champagne- y por eso me mantiene enganchada... pero no te preocupes, ya ha pasado mucho tiempo y sé que como mejor funcionamos es como estamos ahora, siendo amigos.

(Hay veces que somos un poco tontos, ¿no te parece?)

Coconut

Y, aunque llovía a mares y estábamos en marzo, fue como si volviera agosto y nos riéramos de camino a la pista una vez más.

Recuperar un poquito de luz es posible cuando te encuentras con una niña que huele a verano.