"Asumo que me he rendido y no me importa."

Carla llamó a Mia por teléfono, pero no contestó.

Entonces decidió que sería una gran idea dejarle en el poyete de los buzones de su casa un cupcake con una nota, pero se dio cuenta de que corría el riesgo de que alguien se lo comiera en su lugar...

Al final optó por la vía más fácil y publicó en su tablón:
No me gusta cuando asumes tantas cosas; parece que se te haya olvidado que tú y yo estamos hechas para ser siempre niñas y que -en el momento más inesperado- la vida nos acaba sorprendiendo con gominolas y galletas debajo de la almohada.

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