9 de abril

A oídos de Carla llegó por casualidad esta conversación entre Mia y "el chico" y tras oírla permaneció por un momento en silencio, pensando. Era extraño escuchar a su amiga usando un tono tan amargo, tan cansado -tan adulto-.
Recordó aquellos tiempos en los que Mia siempre cantaba, siempre reía, siempre corría, siempre dibujaba... y la echó de menos dolorosamente. ¿Qué podía hacer para que volviera?

La respuesta era tan sencilla que -cuando finalmente la encontró- abrió los ojos de pronto, muy grandes: con gesto de sorpresa, como lo hacen los dibujos animados. Carla cogió el móvil y escribió:

Tomamos una Coca-Cola, pequeña? Nos vemos en Madrid, te va a requetechiflar!!!
Este es nuestro punto de encuentro.
Te quiero! muaaaa

Y cuando leyó la respuesta que Mia envió tan sólo unos minutos después -simplemente decía: =D - no pudo evitar sonreír de esa manera suya tan íntima, deliciosa y culpable.

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